La situación provocada por el COVID 19 ha servido para que las instituciones europeas se dieran cuenta de que las industrias europeas no podían abastecer a los ciudadanos de los Estados miembros del material sanitario que necesitaban, sin contar con empresas extranjeras.
Por esta razón, la Comisión Europea ha decidido hacer una nueva propuesta de “Libro Blanco” sobre los efectos del falseamiento provocado por subvenciones extranjeras en el mercado único.
De qué trata la propuesta
Se trata de una propuesta que busca ser convertida en iniciativa legislativa, pero para ello, deberá, antes pasar un proceso de consulta pública a nivel de todos los actores interesados de la Unión Europea, con el fin de alcanzar un consenso que permita a la Comisión Europea, presentar esa propuesta legislativa, a más tardar, dentro de un año.
Con esta nueva propuesta, la Comisión Europea pretende controlar las subvenciones y accesos que puedan tener empresas extranjeras a los fondos europeos, buscando una igualdad de condiciones. Es decir, que las empresas extranjeras que accedan a las subvenciones que ofrece el mercado único europeo lo hagan en las mistas condiciones que las empresas españolas. Pensemos, por ejemplo, en el caso de que una empresa extranjera ya recibiera ayudas en su respectivo Estado, en tal caso, es evidente que tendría más ventajas que las propias empresas de Estados miembros de la Unión Europea.
Hemos de recordar que, hasta ahora, el control de que las empresas cumplen con la normativa del Derecho de la competencia estaba en manos de la Comisión, pero ese control sólo afectaba a las empresas de la Unión Europea, no a las extranjeras.
Para lograr este objetivo se propone, en primer lugar, la creación de una nueva institución Nacional supervisora (que incluso, podría ser la propia Comisión), como autoridad que posea la competencia de investigar cualquier indicio relacionado con el “falseamiento” en las subvenciones extranjeras, corrigiéndolos a través de pagos compensatorios o de otras soluciones estructurales.
Además, la Comisión, busca controlar las subvenciones extranjeras para facilitar la adquisición de empresas de la Unión, obligando a que las sociedades extranjeras que se beneficien de dichas subvenciones notifiquen esas adquisiciones cuando la operación financiera y de control, alcance unos umbrales determinados, siendo ésta revisada por esa autoridad supervisora.
En tercer lugar, la Comisión Europea, pretende, también, controlar las subvenciones extranjeras relativas a procesos de contratación pública, controlando que no se de una ventaja injusta entre los licitadores, como obtener contratos públicos que, de otro modo, no habrían obtenido, por ejemplo, al presentar ofertas por debajo del precio de mercado. En este caso, este control pasaría por la notificación al órgano de contratación y supervisión competente que sería el encargado de evaluar si esa subvención existe y, en su caso, si el procedimiento de contratación pública ha sido o no injusto, y en caso de que lo hubiera sido, excluiría al licitador del procedimiento de contratación.
Finalmente, este nuevo “Libro”, recalca la importancia de garantizar que las instituciones financieras internacionales ejecuten proyectos apoyados por el presupuesto de la Unión Europea, como el Banco Europeo de Inversiones o el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo.
En definitiva, esta nueva propuesta de la Comisión Europea es una muestra más de los mecanismos que se está adoptando desde las instituciones europeas para paliar los efectos negativos de la pandemia y para proteger a las empresas europeas, para que sigan siendo competitivas, sobretodo, frente a empresas extranjeras.
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