El pasado 30 de junio, el Tribunal Supremo anuló una hipoteca multidivisa por ser considerada un producto derivado complejo. Desde entonces, el número de sentencias que las anulaban han ido en aumento.
El problema con las hipotecas multidivisa residen en que se comercializaron entre un público sin los estudios y conocimientos necesarios para saber en qué consistía. De esta forma, en el momento de su contratación, los clientes se basaron en la información que la entidad bancaria les ofreció.
Sin embargo, esta información fue insuficiente teniendo en cuenta el perfil del cliente incurriendo, por tanto, en mala praxis bancaria por falta de transparencia.
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