Ha pasado ya una semana desde que se anunciaba en la CNMV la compra por parte de Banco Santander de la entidad Banco Popular, viéndose reducida esta última, a pólvora. Y junto a ella, los bonistas y accionistas del Banco Popular, cuyos derechos siguen siendo negados debido al orden de prelación en cuanto cobro, de la cantidad “restante” después de descontar del precio de venta (un euro).
Y en una semana, y el patio revuelto, todavía no hemos tenido noticias acerca de que va a pasar con los accionistas, lo que nos permite afirmar y reafirmar que ninguna vía de escape ni solución tiene preparada Banco Santander o las instituciones europeas (MUR) para ellos, a lo que cabe añadir que solo les queda la opción de reclamar judicialmente si quieren realmente recuperar su inversión.
Como es sabido, en los últimos tiempos, la situación del Banco Popular Español era crítica. No conseguía remontar tras semanas de sucesivas caídas en Bolsa, bajando su valor, cotización, y llevando la entidad a la quiebra. Todo ello propició la noticia recibida el pasado 7 de junio de la adquisición de la entidad bancaria por el Banco Santander por valor de un euro, con el fin de evitar un rescate público cumpliendo con la nueva normativa europea, un nuevo protocolo de intervención de entidades financieras que establece que los primeros en asumir el coste de la intervención sean los accionistas e inversores.
Ante estos acontecimientos, los principales perjudicados han sido los bonistas y accionistas del Popular, pues en orden de prelación para poder recuperar algo de su inversión hace que tienda a cero en estos momentos, sobre todo tras la operación de ejecución y suspensión de la cotización de las acciones por la Comisión Nacional del Mercado de Valores después de la decisión del Banco Central Europeo de declarar inviable la entidad. Esto es, las acciones han sido amortizadas en la operación, pasado a tener el valor de cero.
Y ha sido la misma Comisión Nacional del Mercado de Valores quien ha dado a entender que los accionistas, a día de hoy, pueden dar por perdida toda su inversión: ya sea de antes o durante la famosa ampliación, o después.
Véase aquí otro caso en el que la banca “es rescatada” pero los consumidores, quedan olvidados.
No obstante, existen ya bastantes precedentes jurisprudenciales para poder afirmar, como ya lo publiqué abiertamente el pasado fin de semana en La Vanguardia y en Cinco Días, que esto se trata de un caso Bankia 2.
Banco Santander tendrá que responder por las contingencias que ha adquirido, esto es, el 100% de pasivos y de activos de Banco Popular.
Conociendo el estado y los miles de afectados por acciones del que fue un gran banco, todavía no llego a comprender que no se hayan planteado solucionar amistosamente esta problemática.
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