El modelo de negocio start-up es un término del que se ha venido hablando mucho en los últimos tiempos dado el gran número de empresas que se han constituido bajo esta filosofía, aprovechando las tecnologías para maximizar el valor ofrecido, un menor volumen de costes que las empresas tradicionales y una mayor facilidad para que su modelo de negocio sea “escalable”, así como para “pivotar” de modelo de negocio en función de las tendencias del mercado.
Es aquí donde entra en juego el denominado Big Data. Con el revolucionario avance de las nuevas tecnologías durante los últimos tiempos las empresas se han tenido que adaptar y apoyar su trabajo y su toma de decisiones en el Big Data, con objeto de ser más eficientes.
Además, son varios los términos y sectores financieros y bancarios que han quedado marcados por esta tendencia online, siendo necesaria, además, una regulación nueva adaptada a nuevas necesidades virtuales.
El entorno digital se ve decisivamente caracterizado hoy por hoy por la interrupción de las tecnologías en el Big Data, que vienen transformando “el dato” en una mercancía de alto valor, a la par que imparablemente inundan a las personas con verdaderos “océanos de información”, cada vez mejor procesada. Y aquí es donde encontramos términos como el fintech, las start-up y el crowfunding.
De esta forma, últimamente, en el sector legal, se ha oído mucho hablar del término de start-up y crowfunding, razón por la que es preciso aportar una definición al respecto.
¿Qué es una start-up y cuáles son sus principales ventajas?
Ante la cuestión de qué es una start-up, estas se pueden definir como pequeñas y medianas empresas de nueva creación, las cuales presentan, con carácter general, nuevos modelos de negocio con posibilidad de crecimiento, en construcción, caracterizados por el apoyo que se dan en las mencionadas nuevas tecnologías.
Si bien, el término Start-Ups puede emplearse para compañías de cualquier ámbito, la realidad es que el concepto viene asociándose a empresas vinculadas al sector tecnológico, relacionadas con Internet y el mundo de las TIC.
Asimismo, se caracterizan por gozar de costes inferiores en comparación con las empresas, llamémoslas, convencionales; hecho que agiliza su crecimiento acelerado a medio y largo plazo.
¿Cuáles son las principales fuentes de financiación de las start-up?
En lo que respecta a la financiación utilizada por las start-up cabe destacar que la gran mayoría de ellas no utilizan fuentes de financiación tradicionales, como pueden ser las entidades de crédito o similares, sino que optan por capital aportado por inversores a cambio de tener una participación o porcentaje en la empresa.
Y es aquí donde reside parte del secreto de este nuevo modelo de negocio, que hace que en poco tiempo pueda revolucionar el mercado; y sino que se lo digan a Twitter, Facebook o el mismo Google, quienes empezaron todos como start-up, y convirtiéndose hoy en día en potentes empresas.
Esta nueva modalidad de compañía trata, en fin, de innovar el mercado, tratando además de agilizar, simplificar y facilitar procesos complicados para hacer más accesible y comprensible el funcionamiento del mercado.
Por todas, los inversores privados entienden que el riesgo de invertir en una Start-Up es directamente proporcional al altísimo porcentaje de retorno que percibe quien ha invertido en ella. No en vano el entorno digital relacionado con el sistema financiero es uno de los objetivos principales de la Unión Europea.
Navas & Cusí Abogados estuvo presente en Start-up Olé 2016, evento para emprendedores:
Precisamente el pasado 7 y 8 de septiembre, desde Navas & Cusí acudimos al evento Startup Olé 2016, organizado por la Unión Europea, desde donde se intenta dar apoyo y ofrecer asesoramiento a todos aquellos emprendedores que quieren lanzarse al merado con una buena idea, acompañándolos en todas las fases en la creación de su negocio y abriéndoles las puertas a la mejor opción de financiación.
Puedo llegar a afirmar, desde mi humilde opinión, que las start-up obedecerán a un verdadero cambio de paradigma en el sector financiero, donde las entidades bancarias perderán todo tipo de protagonismo.
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